Perfección y parálisis

Hoy día tenía mucha lata (pereza) de moverme y hacer deporte. Pero real, estaba leyendo en mi sillón, cómoda, muy lejos de querer moverme.
No hice nada el fin de semana y sé que cuando me muevo (clase zumba, pesas, caminar, etc) me siento mucho mejor.
Asique como no quería entrenar una hora pero quería hacer algo me propuse hacer un entrenamiento corto de 15 minutos.
15 minutos, nada más. Si me daban ganas de seguir después de eso bien, pero para empezar solo 15.
Y lo hice. Empecé. Sabiendo que mi meta era alcanzable.
Cuento corto termine haciendo 40 minutos y sintiéndome 100% mejor que antes.
Siento que ejercité, le gané a mi flojera (pereza), liberé endorfinas.
A lo que voy con esto, es que cuando nos cuesta mucho empezar a hacer algo y las ganas faltan, muchas veces se debe a que nos estamos poniendo metas muy altas por lo tanto el solo pensar en ellas hace que las evitemos y al final no hacemos nada.
La bien llamada procrastinación.
Y me pasaba mucho. Pero hoy, me doy cuenta que mientras más divido mis tareas, entrenamientos, libros, etc. Más alcanzable y "hacible" se hace.
Una de las paradojas de la perfección es que por el solo hecho de pensar en hacer algo perfecto muchas veces nos paralizamos y procastinamos, porque la tarea que tenemos por delante se ve titánica.
Más que nada, te quiero decir, empieza de a poco. Con metas chicas, o tareas chicas que te acerquen a completar esa tarea, meta, libro, entrenamiento, o lo que sea que tengas pendiente.
Cada vez que te paralice la perfección o lo grande de la meta o expectativa, es que estas siendo muy exigente y debes dividirla en pasos más chico.
Como te conté antes, en vez de exigirme hacer deporte 1 hora, me propuse empezar con 15. Solo esa meta alcanzable me hizo empezar. Porque hoy y sin ganas, 1 hora parecía una tarea titánica.
Pero lo logré.
Espero que este post te haya sido de ayuda.
Un abrazo!
Coni.